lunes, 15 de junio de 2009

El malestar: cuando nada queda en pie.


Vivimos en una época de certezas destrozadas, lo que ayer era valido hoy es obsoleto; cada vez el proceso de destrucción es más automático. La producción de desechos, materiales y simbólicos, se ha perfeccionado a niveles ridículos. En el centro de éste caos de los significados estamos los humanos marchando sin freno, pero ellos –los significados- tampoco se quedan quietos y van más rápido que nosotros. Se nos escapan. Y aún así no perdemos la fe en las palabras por muy convencidos que estemos de que el mundo no terminamos de entenderlo del todo, que no llegamos todavía a encontrarle un sentido a través de las palabras. (Continuará)

viernes, 12 de junio de 2009

Las mentiras que nos toca tragarnos

Las noticias que llegan desde el viejo continente parecen querer burlarse de la lógica. Los fichajes más recientes del Real Madrid, Kaká y Cristiano Ronaldo, son la culminación de una ilusión dilatada desde mucho antes. Ilusión madridista surgida en las promesas electorales de Ramón Calderón y cerrada apenas ahora con los millones de Florentino Pérez en el medio. Ilusión, dije, y no es casual, eso es lo que me interesa analizar, porque de otros aspectos de las transferencias hay bastantes personas regando tinta al respecto. Difícil tarea no dejarse impresionar por las cifras reveladas; 93 millones de euros por el portugués y 65 por el brasilero. El Real Madrid es un universo cerrado ajeno a la crisis, los 93 millones de euros no les resultan excéntricos, si Terminator 4 tuvo un presupuesto de 200 millones de dólares, o si el mexicano David Martinez pagó 140 millones de dólares por el Number 5, 1948, de Jackson Pollock, nada tiene de raro lo de Cristiano Ronaldo. Parece absurdo mencionar estos números en contraste con todos los problemas no atendidos en el mundo subdesarrollado. La vida de muchas personas se puede mejorar con montos similares, las posibilidades son infinitas, bla, bla, bla. Bueno, utopía facilista superada, mejor verlo con ojos de director de marketing: pensamos en esos 93 millones, y al frente la foto del rostro del arrogante del caso. Error colectivo. El proceso hace invisibles a los otros protagonistas de la pantomima; representantes, directivos, comisiones para los intermediarios, los que hacen las camisetas, contratos publicitarios, derechos de televisión, evasión de impuestos, (las condiciones fiscales en España al parecer son más blandas que en Italia o Inglaterra) artimañas varias que las pueden explicar mejor los “expertos” en mercadeo. Simulación y nada más. Puro teatro mediático. Alimento barato para los medios que durante más de un año no dejaron de especular con cada capítulo de la negociación. Insistieron tanto que la mentira se volvió real, incluso hay quien dijo que la estrategia del Real Madrid empezaba creando el rumor en los diarios para después producir la negociación definitiva, denuncia de un proceder obsceno que no es menos válida por venir de un directivo de uno de los equipos rivales. Dejando aparte los aspectos de marketing, publicidad y medios masivos resulta divertido imaginar lo que puedan hacer en la cancha dos tipos con tanto talento. Kaká y Cristiano Ronaldo juntos, defensas y arqueros del mundo, asústense; y si se les unen Villa y Ribery (o Xabi Alonso) peor todavía. ¿Van a poder dormir? Pero el fútbol no responde a ecuaciones tan automáticas y el Madrid debería haber aprendido de la catástrofe que fue tener juntos a Figo, Beckham, Ronaldo y Zidane. Es peor ser galácticos y fracasar, la caída es más sonora. El Barcelona actual dio ejemplo de juego de conjunto y seriedad, el Madrid respondió a su manera, al vaivén de los millones, con nominas efímeras pero individualidades que brillan lo suficiente. Terminará el simulacro y la sensación de engaño se volverá difusa cuando veamos los primeros partidos de este nuevo intento arrasador del Real Madrid. Si todo sale mal se ratificará lo frágil de un equipo conformado de esa manera. Si sale bien habrá que inclinar la frente ante el poder del dinero. Y sí, de pronto sale bien la apuesta, puede que sí, el futbol es como la vida. Pero no puedo dejar de pensar en la otra cara de la moneda; cuando en los picados entre amigos algún jugador tiene que cambiar de equipo para que el duelo sea más parejo este acto implica un respeto a los valores más honorables del juego. Hay pequeñas dosis de ética en algo así, el rival es tan importante como uno, nos interesa el cómo se gana tanto como el quién gana, etc. Las reglas de juego en el espectaculo-espectacular del futbol europeo están en otro terreno, ya sabemos. No aclaremos que oscurece.