
Vivimos en una época de certezas destrozadas, lo que ayer era valido hoy es obsoleto; cada vez el proceso de destrucción es más automático. La producción de desechos, materiales y simbólicos, se ha perfeccionado a niveles ridículos. En el centro de éste caos de los significados estamos los humanos marchando sin freno, pero ellos –los significados- tampoco se quedan quietos y van más rápido que nosotros. Se nos escapan. Y aún así no perdemos la fe en las palabras por muy convencidos que estemos de que el mundo no terminamos de entenderlo del todo, que no llegamos todavía a encontrarle un sentido a través de las palabras. (Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario