lunes, 18 de mayo de 2009

El ritmo social

En cada época, las personas nos relacionamos con el tiempo de una manera distinta, así es como unas sociedades se han caracterizado por rendirle culto al pasado, otras al futuro, y la actual, en la que estamos involucrados para bien o para mal, es una sociedad dirigida a vivir en el presente absoluto. De allí se desprende la formación de una nueva ética, un modo distintivo de relacionarse con el entorno, donde la importancia dada al goce del instante raya en el hedonismo. La música, como expresión artística que nace de la manipulación de estructuras temporales de los sonidos y los silencios, no escapa a dicha lógica. Si el dominio del tiempo en la música actual nos puede decir algo sobre la época que vivimos. ¿Qué tanto es así? Para Mafessoli la manifestación del ritmo social se hace evidente por ejemplo en el acid house y el uso que este subgénero hace del tiempo, música “cuyo ritmo está acelerado a tal punto que favorece el sentimiento para los que la escuchan, de “viajar” en la intemporalidad absoluta”. En efecto el acid house tiene conexiones rítmicas muy fuertes con músicas arcaicas, marcadas por el tipo de percusiones que hacen pensar en los tambores tribales asociados a ceremonias rituales y que en el house es guiado por el staccato del dj. Pero también hay conexión entre el modo de llevar las voces en las canciones de las sociedades tradicionales y la electrónica posmoderna, como señalaba Iván Benavides, integrante de Sidestepper en una entrevista hace varios años: las estructuras de la música electrónica y las músicas arcaicas se complementan muy bien, ambas son circulares. Vale agregar que ese carácter circular en la música no hace más que acentuar la sensación de un tiempo detenido, un presente eterno que en las fiestas de discoteca es la vía directa a la celebración paroxística.

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